Costumo dizer que é muito fácil manter um blog quando se é protegido pelo Estado democrático de direito e que mérito é ousar se opor onde isso é passível de toda sorte de punições, humilhações e onde se chega a correr o risco de morrer, como é caso de quem blogar sob uma regime ditatorial.
E nesse particular ninguém é mais celebre que a cubana Yoani Sánchez, execrada em meios castristas e pró castristas essa mulher – e seu marido – ousa divergir do regime de seu país, ousa pensar por conta própria onde o coletivismo e centralidade é a norma. E por isso ela é vitima de injurias, perseguições e é vigiada de perto por homens do temido Minint – Ministério do Interior de Cuba, homens da polícia política que já chegaram a cometer violência física contra ela.
Diante dessa coragem não há como não se solidarizar. Só mesmo aqueles cujo arrebatamento utópico de velhas ideologias é irresistível podem cumprir papel tão reles. E, não tenham dúvida são muitos os que preferem ver cessar uma voz, seja por qual meio for a ter que admitir uma falha em seu horizonte ideológico.
Esse texto selecionado é ainda mais incomodo lido agora depois dos acontecimentos, por que o contraste da esperança calejada da blogueira parece quase uma premonição as avessas do que ocorreu em havana na semana que passou. É impossível não contrastar a esperança de Yoani expressa no ultimo parágrafo de seu texto com o que disse a mandatária brasileira.
Não há como opor com algum amargor a frase de Yoani: “Esperamos que no desaproveche la ocasión y sea consecuente con la algarabía democrática, en lugar de optar por el silencio cómplice ante una dictadura.”. Com a fala de Dilma: “Quem atira a primeira pedra tem telhado de vidro. Nós no Brasil temos o nosso. Então eu concordo em falar de direitos humanos dentro de uma perspectiva multilateral”.
É Yoani foi pior que o silêncio cúmplice! Ficamos com a legitimação explícita. E o amargor que me referi acima é por conta de Dilma ter cometido essas palavras em meu nome, em nosso nome.
O original do texto pode ser lido aqui, transcrito tal qual o original.
La agenda de Dilma
Por Yoani Sánchez
“Prefiero un millón de voces críticas antes que el silencio de las dictaduras.” Dilma Rousseff
Elegir el momento para una visita presidencial puede ser una labor sumamente ingrata en este mundo tan impredecible y cambiante. Cuando la fecha de viaje de un jefe de estado queda colocada en su agenda, anunciada y conciliada con los anfitriones, por lo regular la vida se encarga de rodearla de imprevistos. Los palacios de gobierno no logran controlar el azar, ni tampoco prever esos acontecimientos sorpresivos que enrarecen el escenario del arribo de un dignatario. Dilma Rousseff bien que lo sabe. Su presencia en La Habana se coordinó durante semanas y fue precedida incluso por la del canciller Antonio de Aguiar Patriota. Todo parecía atado y bien atado: un cronograma rápido, eficiente, protocolar, enfocado en temas económicos, que terminaría al abordar su avión con destino a Haití. Pero algo se complicó.
Varios días antes de que la economista y política brasileña aterrizara en el Aeropuerto José Martí, un joven cubano murió después de una prolongada huelga de hambre. Los medios oficiales se lanzaron de lleno a presentarlo como un delincuente común, aunque había sido detenido en una marcha opositora por las calles de Contramaestre. El discurso del poder se radicalizó y la temperatura política alcanzó esos grados en lo que se manejan tan bien nuestros gobernantes. En ese contexto, la recién concluida Conferencia del PCC se convirtió más en un acto de reafirmación que de cambio, en una declaración de unidad en lugar de apertura. Muchos de los que aguardaban por el anuncio de transformaciones políticas de gran calado, se percataron de que el evento fue más bien la última oportunidad perdida por la generación en el poder. Un día después de su clausura, Raúl Castro -el secretario general del único partido permitido- recibió a Dilma Rousseff, la otrora guerrillera que hoy dirige un país con diversas fuerzas políticas y una prensa muy crítica.
La agenda cubana de Dilma incluye repasar las obras constructivas del puerto de Mariel y la posible concesión de un nuevo crédito bancario. Brasil es nuestro segundo socio comercial en Latinoamérica. pero no se trata sólo de una cuestión de recursos. En estos momentos al raulismo también le urge ser legitimado por otros presidentes de la región. Así que por estos días habrá sonrisas, manos estrechadas, compromisos de “amistad eterna” y fotos, muchas fotos. Los activistas cívicos –por su parte- intentarán un encuentro con la mujer que fue torturada y encarcelada durante un gobierno militar, aunque existen muy pocas posibilidades de que los reciba. Dilma Rousseff sí que conversará con Raúl Castro, estará muy cerca de él justo en esta delicada coyuntura en que el azar la ha colocado. Esperamos que no desaproveche la ocasión y sea consecuente con la algarabía democrática, en lugar de optar por el silencio cómplice ante una dictadura.
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Nota: Hasta el próximo viernes 3 de febrero no sabré si finalmente las autoridades cubanas me permitirán viajar a la presentación del documental “Conexión Cuba-Honduras” en Jequié, Bahía. Gracias de antemano a todos los que han hecho algo para que yo logre llegar a Brasil. Mi agradecimiento especial al senador Eduardo Suplicy, al realizador Dado Galvao, @xeniantunes y demás ciudadanos brasileños.
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